Muslos de Pollo con Miel y Mostaza

Os presento una nueva receta de pollo , similar a la receta del Pollo Satay, ya que deberemos dejar en maceración el pollo.

Los ingredientes principales de la salsa son: la miel y la mostaza.
La denominación de mostaza aparece por primera vez en Francia alrededor de 1220.
Se cree que fueron los romanos quienes desarrollaron el preparado de mostaza que conocemos en la actualidad, ya que mezclaban el zumo de uva sin fermentar ("mosto") con las semillas de mostaza ("sinapis"), para así formar el mustum ardens o "mosto ardiente".
La mostaza se empleaba como planta medicinal para calmar los dolores de cabeza o bien como un simple digestivo.
En la Edad Media, es cuando se da el auge de la especie como condimento para carnes, en ocasiones para ocultar el sabor de las carnes en mal estado.
En esta receta utilizaremos dos tipos de mostaza: la de Dijon y la antigua en grano.
Dijon es una ciudad en la Borgoña (Francia) conocida por la producción de un tipo de mostaza de un sabor fuerte y algo picante y de un color amarillento claro.
La mostaza a la antigua se caracteriza por llevar en sus ingredientes granos enteros de mostaza, se encuentra facilmente en todos los supermercados bajo la marca de Maille, con su característico bote de cristal con tapa negra.
Si tenéis curiosidad por saber más sobre esta mostaza podéis visitar su web o visitar alguna de sus tiendas en París o Dijon.

Fuente: Aperitivos. Ed. Parragon

Ingredientes:

• 6 muslos de pollo
• 175 ml de miel
• 6 cucharadas de mostaza a la antigua.
• 2 cucharadas de mostaza de Dijon
• 1 1/2 cucharada de vinagre de Modena
• 1 cucharada de aceite de oliva

Preparación:

La noche anterior:

Mezclamos en un bol la miel con los dos tipos de mostaza.

Añadimos el aceite y el vinagre.

Realizamos unos cortes en los muslos y los colocamos en un bol.

Añadimos 3 muslos y vertemos en ellos la mezcla previa.

Disponemos en un segundo piso los otros tres muslos y vertemos el resto de la salsa.

Tapamos el bol con film transparente y lo dejamos macerar en la nevera toda la noche.

En una plancha cocemos los muslos y de tanto en tanto los vamos pintando con la salsa de maceración para evitar que se nos resequen.